lunes, 30 de abril de 2007

Bajo Control

En todos los medios de comunicación podemos ver cómo, por desgracia, poco a poco aumenta el tiempo dedicado a las noticias sobre la violencia que se produce en las aulas, en las calles, en los hogares… en los propios medios de comunicación. ¿Realmente vivimos en una sociedad tan violenta, o es que la violencia jamás tuvo tanta cobertura?.

La ficción, tanto televisiva como cinematográfica, alberga a menudo contenidos violentos, y algunos intentan explicar con esto los sucesos más graves ocurridos en nuestra sociedad. Otros, en cambio, opinan que la ficción no es más que ficción, y que muestra contenidos violentos con el simple objetivo de ofrecer un reflejo fiel de la actualidad. Y así, entramos en el juego de la pescadilla que se muerde la cola.

Y fuera de la ficción, podemos ver violencia y muerte en informativos y programas tipo magacín en los que se tratan sucesos, que las televisiones de nuestro país ponen a cualquier hora del día, sin respetar la sensibilidad del espectador que pudiese estar frente a la tele. Está mal, y desde nuestro blog lo condenamos. Pero no podemos cargar la responsabilidad de todos los hechos violentos que suceden en nuestra sociedad a los medios de comunicación. Sería eludir responsabilidades mucho mayores con respecto a este tema.

Empezando por la del propio consumidor de medios, que debe ser capaz de discernir el bien del mal y la realidad de la ficción. Y en el caso de que tratemos poblaciones especialmente sensibles a los contenidos televisivos (el caso de los menores, por ejemplo), eludimos la responsabilidad que tienen sus padres o tutores, que por regla general no supervisan el audiovisual que consumen sus pequeños.

En nuestra opinión, no se quedan ahí los colectivos que más influyen en la sociedad en mayor medida que los medios de comunicación de masas, pero de nada serviría enumerarlos, ya que la idea que queremos transmitir es simple: si culpamos a los medios de comunicación de influir de tal manera en nuestra sociedad… ¿admitimos abiertamente que nos tienen bajo control? ¿Hasta dónde llega nuestra libertad?.